miércoles, 14 de mayo de 2014

Tratado teórico práctico de Jovellanos.

Gaspar Melchor de Jovellanos




Como he podido averiguar este autor es una las figuras más importantes en la historia de la educación española, destacando su tratado teórico práctico de enseñanza.

Aquí la portada del tratado:




Ahora expongo dicho tratado:


Memoria sobre Educación Pública es el documento pedagógico más importante de la obra de Jovellanos. Se trata de un tratado teórico-práctico de enseñanza en el cual, el autor sintetiza todas sus lecturas y experiencias anteriores, y que, junto al Reglamento del Colegio de Calatrava, supone una de las principales aportaciones a la organización escolar y a la pedagogía del momento.    

    Jovellanos elabora un plan educativo que no se adaptaba fielmente a los criterios fijados por la Real Sociedad Mallorquina. En él, distingue lo que es el producto final, la instrucción de todos los ciudadanos, de la educación de cada uno de ellos, un proceso previo, individual, basado en los valores sociales y familiares. 

   Señala que la educación y la instrucción son el fundamento del progreso puesto que, para él, la educación es la primera fuente de la instrucción y la Instrucción pública es la primera fuente de la prosperidad social.

      Gracias a la instrucción, la persona puede perfeccionarse, siendo la idea de perfectibilidad una posibilidad que solo el hombre posee del perfeccionamiento consciente de sí mismo. 

      Según Jovellanos, en la medida en que el hombre es perfectible, es educable, y esto es lo que le da sentido a todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. De lo contrario, no tendría objeto plantearse objetivos formativos.

    Distingue entre educación infantil y adolescente y educación adulta. Esta última es propiamente científica y requiere mayor capacidad y tiempo para hacerle frente. En la vida de un hombre hay una etapa para la instrucción y otra para la acción.    Contempla la educación popular, la educación del pueblo llano y no sólo de las minorías selectas, y plantea la gratuidad de la enseñanza primaria. Esta educación debería ser responsabilidad del gobierno, y ha de avanzar hacia una educación nacional (y luego la estatal) donde el gobierno asuma el control y la financiación. 

    Para Jovellanos, la moral religiosa o cristiana, centro de todas sus preocupaciones, ha de ser el principal objeto de la instrucción pública. Defiende la necesidad de la formación cívica o política y religiosa de los niños durante su estancia en las escuelas.

     Defiende que Dios, el hombre y la naturaleza son los tres ámbitos que deben abarcar el currículo propio de la educación pública, pues este currículo ha de contener toda la sabiduría necesaria para la instrucción del ser humano desde la infancia. 
      Es por ello que, la instrucción pública de primeras letras tendría una doble finalidad: por un lado, adiestrar en los contenidos propios de ese nivel de enseñanza y por otro, formar en los principios religiosos, morales y políticos que permitieran a los niños y jóvenes incorporarse de pleno derecho a la sociedad a la que pertenecían.

     Cabe destacar que Jovellanos era un claro defensor de las lenguas vernáculas. Propone la lengua castellana como vehicular para el proceso de enseñanza-aprendizaje hasta la Universidad, y en especial para el estudio de las humanidades. Alberga la esperanza de que el castellano llegue a ser algún día la principal lengua en el estudio, pero mientras tanto, propone hablar el mejor latín posible y no un lenguaje prácticamente desconocido debido a la desvirtuación provocada por su mala utilización. 

      Reconoce que la lengua es instrumento de expresión, base de la comparación, el juicio y el raciocinio. Comprensión del hecho regional español, acepta que se hablen las lenguas nativas pero aplicando unos principios de la gramática general. 

    También aconseja el estudio de lenguas vivas, inglés y francés, para profundizar en las fuentes de los estudios científicos y perfeccionar su educación. 


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